EL NUEVO DOMINIO COLONIAL

América Latina es objeto de una nueva invasión: la de los cultivos genéticamente alterados. Los promotores de estos cultivos, también llamados transgénicos, nos dicen que ayudarán a combatir el hambre, reducir el uso de agroquímicos tóxicos y traer prosperidad económica a los productores agrícolas y comunidades rurales de América Latina. Pero hasta ahora la experiencia ha demostrado que estos novedosos cultivos no combaten el hambre, no reducen el uso de agroquímicos, no traen beneficios al pequeño agricultor, y además crean nuevas formas de dependencia económica.
El resto de la producción agrícola está siendo desplazada y empujada a la extinción a medida que la ruralía argentina es reorganizada en función del monocultivo de soya. Este país que una vez pudo alimentarse a sí mismo y exportar carnes de primera calidad, ahora tiene que importar alimentos básicos.Más del 99% de la soya argentina se exporta a los mercados de Asia y Europa para alimentar reses.
Los agricultores y terratenientes van cambiando a la soya en respuesta a un número de presiones económicas. En primer lugar, los productores locales no pueden competir con las importaciones agrícolas masivas y baratas resultantes de las políticas de libre comercio. A esto se añade toda una estructura de incentivos y subsidios gubernamentales que favorecen al cultivador de soya. Y por si esto no fuera suficiente, la corporación Monsanto provee a los productores asesoría de expertos y la maquinaria de siembra directa que hace viable el monocultivo masivo de soya, además de la semilla y el herbicida, con facilidades crediticias. El monocultivo a siembra directa de soya Roundup Ready crea desempleo ya que casi no requiere de mano de obra.Aquellos que le han dado la espalda al modelo soyero para dedicarse a la pequeña agricultura tradicional de subsistencia se han encontrado imposibilitados de hacerlo pues las nubes de glifosato fumigado desde aviones viajan grandes distancias, dejando a su paso estelas de muerte y destrucción.Las villas miserias están estallando en las afueras de las grandes ciudades con los campesinos desplazados por aeroplanos cargados de glifosato, mientras los gigantes de la agroindustria se apoderan de la tierra.Como consecuencia de esto el crimen y la violencia están escalando día a día y con ello incrementa la marginalización.


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