domingo, noviembre 04, 2007

Alerta playas





Lo único cierto en medio de un panorama incierto es que los problemas de erosión y la pérdida de amplias franjas de arena en gran parte de las costas bonaerenses es alarmante. Si bien la erosión de áreas costeras comprendidas entre Pehuen Co y Necochea no es todavía tan grave, sí lo es en el resto de los distritos ubicadas al norte de esta última ciudad, de acuerdo a la mirada de los especialistas.
Detrás de los problemas erosivos hay dos cuestiones a tener en cuenta: los procesos naturales a los que nuestras costas no pueden escapar, y la mano del hombre, que puede ser controlada y regulada. Para eso existe desde el año pasado el decreto provincial 3202, al cual adhirieron la mayoría de los municipios costeros, aunque no Pinamar. Esa norma limita las construcciones públicas y privadas en todo el frente costero: es decir, los nuevos emprendimientos deberán estar ubicados a más de 250 metros de la ribera del mar, y en este sector, sólo se permitirán los paradores ajustados a estrictas normas de edificación.
Tanto en Villa Gesell como en el Partido de la Costa decenas de sus balnearios a los que se le terminaron la concesión no podrán abrir este año si no adecuan sus instalaciones. Desde el municipio de Gesell, Marcelo Molina, aseguró que una veintena de balnearios construidos con cemento debieron cerrar y abrirán solo si se lo hacen con madera; son los denominados “ecológicos”. Caso similar es el de las localidades como Mar del Tuyú, Mar de Ajó y Santa Teresita, zonas complicadas por el desgaste de la tierra, donde ya a siete balnearios no se les renovaron las licencias. En otro extremo, en Monte Hermoso, buscan paliar este problema impidiendo que los vehículos transiten por las playas.
En Mar del Tuyú, justamente, los vecinos aseguran que el problema es que el mar ha avanzado sin ningún tipo de defensa y denuncian desde las asociaciones de vecinos que no se trata de acantilados naturales, sino de la mano del hombre. “Acá no se respeta la líneas de médanos. Queremos que el gobierno haga algo”, dijo Darío Vaccaro de la ONG Ambiente-Mar.
Al respecto, Carlos Lasta de la Comisión de Investigaciones Científicas del gobierno provincial, contó que para contrarrestar la faltante de arenas se están haciendo obras en zonas del partido de la Costa donde la situación es “angustiante”. “En Las Toninas se está construyendo un médano artificial de unos 500 metros cuadrados que estaría listo para este verano”, dijo Lasta a DIB.
El Concejo Deliberante de esta ciudad suspendió hasta el 27 de septiembre de 2011 el otorgamiento de todo permiso de construcción de obra nueva, ampliación, subdivisión o mensura que altere el estado de aquellas parcelas ubicadas con uno de sus frentes a las zonas de playa o avenidas costaneras. De esta manera se suma al resto de los municipios costeros, pero no así lo hizo Pinamar.
“Nosotros no estamos de acuerdo con ese decreto, porque no tenemos los mismos problemas que otras comunas”, le dijo a esta agencia Raquel Bravo Almonacid directora de Planeamiento de Pinamar. “No tenemos unas playas tan extensas pero estamos forestando los médanos para contrarrestar el paso de la naturaleza”, agregó.
Un dato que llama la atención son los niveles de construcción en todo ese partido. Mientras que en 2002 se declararon obras nuevas por 5600 metros cuadrados, en lo que va de este año ya se llegó a 72.000 metros cuadrados. En Cariló, entretanto, en 1995 estaba construido el 21 por ciento de la planta urbana, y en la actualidad ya se llegó al 57 por ciento.

MANO DEL HOMBRE
El corredor turístico de la costa bonaerense se extiende desde el Cabo San Antonio hasta la desembocadura del Río Negro, con más de 1300 km de costa atlántica. Recibe anualmente a más de 7.500.000 personas. En estas costas, el nivel del mar ha estado bajando desde hace cinco mil años. Y cien años hacia el futuro los cálculos pronostican una suba de las aguas marinas de entre 30 y 50 cm en promedio, consecuencia del aumento previsto en la temperatura media del planeta a causa del efecto invernadero.
Ricardo Caputo, delegado del Consejo Profesional de Ciencias Naturales de la Provincia, consideró que la reacción que tenga la costa atlántica en los próximos años dependerá del grado de urbanización. “La actividad humana es la que mayor incidencia tiene en el proceso de erosión costera, a través de la urbanización indiscriminada a lo largo de la costa como mediante la eliminación de cadenas medanosas completas, la sobreexplotación de los acuíferos costeros y la construcción de estructuras como espigones o puertos sin los estudios básicos adecuados”, le dijo Caputo a DIB.
Además, según explicó el geólogo a lo largo de las playas hay un mecanismo conocido como deriva litoral, que consiste en el transporte natural del sedimento. En nuestra provincia este fenómeno funciona predominantemente de sur a norte, aunque si se continúa con la construcción de estructuras en zonas costeras, podría interrumpirse el traslado del sedimento.

porFernando Delaiti agencia DIB -gentileza-

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