jueves, junio 30, 2005

Los efectos de la biotecnología en la seguridad alimentaria

Históricamente, el proceso de selección y mejora de variedades agrícolas estuvo en manos del agricultor, quien guardaba e intercambiaba con otros productores distintas semillas para las siguientes estaciones. Pero esto comienza a revertirse en muchas regiones, a comienzos de este siglo, con la llegada de los nuevos conocimientos del "vigor híbrido".El agricultor se ve forzado entonces a comprar la semilla todos los años para asegurar su cosecha, trasladando parte de su renta a las manos de las compañías dueñas del manejo del material genético y sus cruzamientos. El éxito en la hibridación comercial se ha dado en cultivos como el maíz, el girasol, el sorgo, el arroz, el trigo y la soja, que son la base alimentaría de una importante porción del mundo. Por ello la seguridad alimentaría mundial, y sobre todo la de las regiones más pauperizadas del mundo, no puede dejarse al arbitrio y sensatez del interés privado. En el mundo desarrollado el sistema de protección de invenciones y patentes funciona, pero en el subdesarrollado ejercer acciones no meditadas ni analizadas puede condenar a la inanición y al desamparo., poniendo en riesgo la propia seguridad alimentaría. Esto ha motivado que organismos del mundo desarrollado y agencias internacionales presionaran a las compañías multinacionales para que renuncien a este tipo de controlador biológico.
Analicemos el caso argentino -segundo productor mundial y en superficie ocupada con cultivos transgénicos- ha tenido fallas en cuanto a un control eficiente del circuito comercial de las semillas. Una primera estrategia comercial fue reducir el fee tecnológico (que en los EE.UU. es de unos 13 dólares por hectárea de soja sembrada) y el precio del glifosato -el herbicida asociado al paquete tecnológico especialmente de la siembra directa- a un tercio que en el país del norte, permitiendo al productor una reducción importante de costos en su sistema de control de malezas Pero esta línea no podrá sostenerse en el tiempo y el desarrollo tecnológico se está viendo frenado por la acción de productores que guardan semilla, o por la circulación de semillas no fiscalizadas en la forma de bolsa blanca (ilegal o sin identificar). Agobiado por una situación fiscal e impositiva insostenible, la caída de rentabilidad, el deterioro de los precios de los commodities y una trama crediticia que no lo ayuda a salir del planteo convencional, el productor toma a mano cualquier alternativa -como guardar semilla para la campaña siguiente- que le permita disminuir sus costos. Esa reserva es a veces excesiva y favorece un mercado paralelo de semilla no fiscalizada. Actitud que en lugar de favorecer la diversidad de opciones -en este caso entre OGM y no OGM- fomenta por vía paralela la concentración de un solo tipo de producto y condiciona aún más a la Argentina como monoproductor de transgénicos. No sería entonces extraño que a falta de reglamentaciones efectivas sobre patentes y una legislación estricta sobre condiciones de bioseguridad, se intente persuadir a los gobiernos de nuestros países de aceptar nuevas tecnologías de transferencia, control y expresión de genes , que permitan colocar nuevos productos de compra forzada., en la presunción de que se estaría manejando una tecnología segura y se permitiría fomentar los procesos de investigación y desarrollo, especialmente de la esfera privada, es someter la seguridad alimentaría nacional a un riesgo incalculable.
Argumentar que todos los aspectos científicos sobre la biotecnología están controlados es un riesgo al que no debe exponerse ningún país. "La biotecnología, consiste en la introducción de material genético de una especie en el de otra, utilizando los métodos del ADN recombinante. El ámbito de aplicación, éxito o fracaso, acaba aquí. No corresponde al biotecnólogo evaluar otros posibles factores o consecuencias de los organismos o los productos por él fabricados. No se le puede pedir, por ejemplo, que se responsabilice, científicamente, de las consecuencias medioambientales de los productos que ha fabricado y por la misma tampoco puede emitir una opinión científicamente autorizada sobre la aparente inocuidad de las incidencias medioambientales de los productos biotecnológicos.

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